En el Valle de Zoldo (Italia), justo antes de las Dolomitas de Belluno, nos espera la increíble caminata de los poetas viandantes (conocida como “The wayfaring poets trek”), que en siete días nos deja ver los principales macizos, entre atrevidas bifurcaciones y verdes y plácidos valles.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

Caminar está relacionado con el pensamiento. Bien lo sabían nuestros ancestros, desde los filósofos griegos a los poetas japoneses, que compusieron sus mejores obras paseando. Hacer un senderismo de varios días en las montañas italianas puede ser la excusa perfecta para permitir que nuestra mente vague en libertad, saboreando la lentitud y perseverancia de caminar.

Por supuesto, el Valle de Zoldo nos brinda esta meditación. Áspero y salvaje, se encuentra lejos de los abarrotados y más conocidos senderos de las Dolomitas, y precisamente por esto nos ofrece amplios espacios naturales donde sentirse en armonía, sobre todo uno mismo.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

A 20 kilómetros al norte de Belluno, y otros 20 al sur de Pieve di Cadore, se encuentra Longarone, que sufrió una terrible fatalidad (la noche del 9 de octubre de 1963, el monte Toc se desprendió hacia el lago, provocando una ola que destruyó el pueblo, así como calles enteras de otras villas, causando unas 1910 víctimas). Desde Longarone por el estrecho valle de sólo 10 kilómetros se abre el primer y encantador pueblo: Forno di Zoldo desde el que después continuaremos hasta llegar a Zoldo Alto.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

Recorriendo este valle menos conocido, encontramos el grupo del Bosconero a nuestras espaldas, el grupo de los Spiz di Mezzodì a la izquierda, y el grupo que incluye Tamer y San Sebastiano. De frente se alza majestuoso el magnífico grupo de la Moiazza y del Civetta. A la derecha, aislado, se levanta impasible el solemne “caregòn del Padreterno” (el trono de Dios) y el Pelmo, magnífico monte rocoso que mide 3.168 metros, primera cima dolomítica en escalarse (en 1857 por el irlandés John Ball) y en cuya falda está el primer refugio italiano de las Dolomitas.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

Ante nosotros, claras piedras que representan el espíritu de las Dolomitas: suaves prados con bosques sombríos y soleadas y pronunciadas bifurcaciones, y una increíble vista de 360º, la única en el Monte Rite, de 2.183 metros de altitud.

El trekking de los poetas viandantes pasa a lo largo de todas estas cordilleras montañosas, haciendo una ruta circular con una duración de siete días siguiendo la ruta circular de Dolomitas de Zoldo. Este camino se recomienda a excursionistas con experiencia ya que tiene algunos tramos muy técnicos, pronunciados y expuestos, y porque es necesario llevar sobre los hombros una mochila varios días.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

La caminata empieza desde Forno di Zoldo y, subiendo por las laderas del grupo de Spiz se llega al refugio Sora L’Sass-Giovanni Angelini (1.588 m). Continúa hacia el idílico valle Pramper hasta Col de Michiel, que rodeando las laderas del grupo de San Sebastiano, linda con el asombroso campamento V. Angelini (1.680 m) y alcanza el Paso de Durán (1.605 m).

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

Una pequeña digresión nos lleva al excelente refugio de montaña “Brutus Carestiato”, en la base del impresionante grupo del Moiazza.

Desde el Paso de Durán continuamos hacia la base de Moiazza-Civetta. Los expertos pueden seguir la ruta del “Camino Angelini”, pero también hay una ruta más simple con grandes paisajes que se realiza a través del Val de la Grava para bajar cómodamente por Forno Alto, la ciudad más grande del valle. Desde aquí subimos hacia bosques, llanuras y rocas hasta el refugio Sonino de Coldai (2.132 m.), a los pies del Monte Civetta.

Aquí comienzan los más idílicos y relajantes tramos de la caminata, a través de pastos y praderas por la ruta Paso Staulanza y luego a lo largo de la base del Monte Pelmo, a través de las huellas de dinosaurios que llegan al pie oriental, donde se encuentra el refugio Venezia-De Luca (1.946 m.).

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

La siguiente etapa nos lleva primero al refugio Talamini (1.582 m.) y luego sube hacia el espectacular Monte Rite (2.183 m.) que alberga el refugio Dolomitas y “Montaña Messner Museo Dolomitas“, llamado “museo de las nubes” por la extraordinaria vista de 360º que ofrece.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

A través del descenso llegamos al Paso Cibiana y al refugio Remauro (1.530 m.), y luego subimos gradualmente a Sforniòi. Desde la silla de Calada una prominente y complicada bajada nos conduce al Bosconero.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

La última etapa, muy fácil, conduce hacia el valle, llegando al punto de partida en Forno di Zoldo. Si lo deseas, puedes descender directamente al Forno, ahorrando un día de trekking, pero, ¿de verdad quieres perderte esta mágica puesta de sol sobre el Monte Civetta, mientras las paredes de detrás del refugio Sasso di Bosconero se vuelven rojas?

Una verdadera poesía natural.

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato

El viento despeina las cumbres/

soplando fuerte/

aroma de resina.

(Haiku escrito durante el camino).

Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato
Foto de Franco Voglino y Annalisa Porporato