- Duración del viaje: Unas 2 horas y media
- Dificultad: facil
- Porque nos gusta: Por la naturaleza exuberante, que recuerda a una jungla. Por las ruinas misteriosas y fascinantes. Por el olor de los limones y el ruido del agua que acompaña el último tramo del recorrido.
- Distancia: 5 km
- El monto total de la ganancia: 100 m
- Trayecto del viaje: Andando, caminata nórdica
- Coste: free
- Nuestro consejo: La entrada es libre hasta llegar a la reserva orientada. Para acceder a la reserva es necesario contactar, de forma anticipada, con los guardabosques UTB de Caserta (telf. 0823 354693 utb.caserta@corpoforestale.it)
Itinerario en el Valle delle Ferriere
Salimos desde la plaza del Duomo de Amalfi, después de admirar la fachada de una de las iglesias más bonitas de la costa de Amalfi y de haber bebido un poco de agua fresca de la Fontana del Popolo, con sus brillantes estatuas del siglo XVIII.
Atravesamos los soportales Ruga Nova, unos pórticos sugestivos que servían para frenar las frecuentes invasiones de los árabes.
Justo después, sumergida por la maquia mediterránea, se entra en la via Nuova, una larga y empinada escalera que une Amalfi con el pintoresco pueblo de Pogerola.
Encontramos la Cartiera Cavaliere que aún hoy en día produce el original papel de Amalfi según el estilo del siglo XVIII. El Museo de la Carta a Mano de Amalfi, donde podrás descubrir todo sobre este material.
El museo fue construido en 1969 por iniciativa de Nicola Milano, descendiente de una de las familias más antiguas de los maestros del papel de la costa de Amalfi. Ofrece la posibilidad de ver de cerca la producción del papel. Se descubren herramientas históricas como martillos de madera que trituraban los trapos, las máquinas usadas para fabricar papel y mucho más.
Todo recto, después de pasar la majestuosa Chimenea de ladrillos, encontramos el Museo degli Antichi Mestieri e dell’Arte Contadina Valle dei Mulini (info: cata@starnet.it, 089 873211), donde se pueden ver antiguas herramientas para trabajar el campo y para la artesanía.
Desde el museo del papel nos adentramos en la Via delle Grade Lunghe, a la izquierda y, justo después, también a la izquierda, en la empinada Via Madonna del Rosario, donde hay unas excelentes vistas de los limoneros que se extienden hasta el fondo del valle que da al mar.
Seguimos hacia el norte, hacia las colinas, por la Via Paradiso y, pasados las ruinas de la imponente Cartiera Lucibello, se continúa hasta acabar la calle para dejar sitio a un pequeño sendero de montaña.
El sendero nos permite caminar envueltos en los sonidos de la naturaleza, en un verde intenso y exuberante.
La naturaleza ha reconquistado completamente las ruinas de la antigua Cartiera Nolli. Árboles, hiedras y vegetación han cubierto la muralla. Entre el siglo XVIII y el siglo XIX, este valle era una importante zona industrial. Hoy las ruinas parecen gigantescas obras de arte reconquistadas por la naturaleza.
Seguimos por el antiguo sendero situado a la orilla del río, que ha sido siempre atravesado a pie o con la ayuda de burros, hasta llegar a la antigua Ferriera.
Esta enorme fábrica hace tiempo daba empleo a todas las personas que vivían aquí. En ella se trabajaba el hierro que procedía de la Isla de Elba, de Apulia y de Calabria. Hoy en día es un monumento reconquistado por la naturaleza salvaje.
Gracias a la particular formación del territorio, a los pequeños torrentes y a las húmedas brisas del mar, se ha creado en este valle un microclima subtropical.
El área se ha convertido en un hábitat para ciclámenes, orquídeas salvajes, Pteris vittata, Pinguicola hirtiflora, una pequeña planta carnívora, Erica terminalis y una rara especie de helecho gigante típico del período Terciario, la Woodwaria Radicans o helecho de cumbre. Es por esta razón que el valle (estudiado por el naturalista alemán Karl Haekel a mitad del año 1800) es hoy una reserva natural completa que defiende este tan particular ecosistema
Autor: Silvia Ombellini