El Camino de Santiago es la peregrinación más conocida en el mundo. Cada año, miles de peregrinos deciden realizar alguna de sus numerosas rutas que tienen como destino la ciudad compostelana y, en concreto, su majestuosa Catedral. El reconocimiento internacional es evidente y muchos países quieren tener su particular llegada a Santiago. El camino ingles, el francés o el portugués son los mejores ejemplos de la influencia de este recorrido en la tradición cristiana europea. Si bien esta ruta ha adquirido tintes globales y va más allá de un compromiso religioso.
Los caminos hacia Santiago son muchos, y entre los cinco principales el punto de salida puede ser un país diferente. La tradición y la moral ciudadana han ido configurando rutas y aquí repasamos las diez principales. El Camino francés es el más utilizado, pues más de la mitad de los peregrinos se decantan por esta opción. Su larga tradición le avala, con 771 kilómetros en su recorrido total, que requieren de al menos 31 días. La localidad francesa de Saint Jean Pied de Port, en el sur del país, es el principal punto de salida. Muchos españoles deciden iniciar la ruta en Roncesvalles, Navarra. El Camino del Norte es la alternativa para quienes buscan una ruta larga en torno al mar, pues supera los 800 kilómetros. Parte de la localidad vasca de Irún y transcurre de forma paralela al Mar Cantábrico hasta llegar a Santiago. Su particularidad es que transita grandes ciudades como San Sebastián, Bilbao, Santander y Gijón.
La influencia de Portugal
El Camino Portugués es el segundo con más visitantes, un quinto del total. Parte desde la Catedral de Lisboa y se dirige hacia el norte. Muchos peregrinos acortan el recorrido con un punto de salida posterior, ya en territorio español. El recorrido completo supera los 600 km. Existe una variante de esta ruta, más corta, para quienes dispongan de menos días.
La tradición católica de Inglaterra también ha dado lugar a una ruta propia, si bien no pasa por territorio británico. El camino ingles desde ferrol es un homenaje a los peregrinos ingleses que llegaban en barco a la costa gallega, para iniciar el camino a pie hasta Santiago. Tiene un itinerario corto, que se completa en seis etapas, y cuenta con una variante un poco más reducida que parte desde Coruña.
El más antiguo y el más largo
La tradición compostelana sitúa al Camino Primitivo como el más longevo, pues data del siglo IX. Empieza en la localidad asturiana de Oviedo y transcurre por poco más de 300 kilómetros, que se pueden completar en 13 días. Es un recorrido por la naturaleza del Principado de Asturias y Galicia, donde los peregrinos se adentran entre bosques y praderas, acompañados por los sonidos de la fauna.
Una ciudad con tanta importancia de la religión como Sevilla no podía quedarse sin punto de partida hacia Santiago. Es la Vía de la Plata, que parte desde la capital andaluza hasta Astorga, donde se une con el Camino Francés. Conecta con algunos puntos como Mérida, Cáceres, Salamanca o Zamora. Es la ruta más larga, con 970 kilómetros.
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