A menudo conocida como la Ciudad del Pan, Altamura es un municipio de la provincia de Bari que rezuma la esencia de Apulia. Sigue leyendo para conocer mis consejos como una auténtica lugareña que te ayudarán a conocer los lugares más característicos de nuestra cultura.
Rodeada por el magnífico Parque Nacional de Alta Murgia y las dolinas kársticas, Altamura es uno de los lugares más característicos del centro de Apulia. Esto sobre todo gracias a su casco antiguo enteramente medieval y la fama de su producto de excelencia, el “Pane di Altamura DOP”.
Sin embargo, hay algo más. Si a menudo el centro histórico de la ciudad se ve abarrotado por hordas de turistas, entre las callejuelas también puedes encontrar muchos rincones escondidos donde saborear nuestras especialidades.
El casco antiguo
Cuando visitas Altamura, la zona de la ciudad que visitas primero suele ser el casco antiguo, porque es peculiar y tiene una gran importancia cultural. A menudo, sin embargo, solo nos detenemos en la calle principal por temor a perdernos entre la multitud de calles que se ramifican.
¡No tengas miedo de aventurarte! Las calles del centro histórico de Altamura tienen una peculiaridad: muchas de ellas tienen un final y no encuentran salida en la vía principal. Estas calles cerradas se llaman claustri y son un lugar valioso para la ciudad.
Uno de los claustri más hermosos es el Arco Basso, que como indica su nombre, destaca por un arco muy rebajado desde el que se accede a la carretera cercana; mi consejo es visitarlo en periodo navideño, ya que está decorado. El Claustro Inferno también es imperdible. Puedes visitarlo después de haber subido una escalera empinada justo fuera de las murallas, de haber pasado un camino muy estrecho en el que solo se puede avanzar en fila india y de haber salido de una maraña de caminos que recuerda los círculos del infierno descritos por Dante, de ahí procede su nombre.
El Eco de Federico II de Suabia
La Catedral
La Catedral de Santa Maria Assunta, construida por voluntad del emperador Federico II de Suabia en el siglo XIII, es sin duda una de las estructuras que más destacan al caminar por el recorrido dedicado al emperador. Los elementos más icónicos son su rosetón y los leones que protegen el portal, que le dieron el epíteto de “Leona de Apulia” en el siglo XVIII.
Lo que más llama la atención de la catedral es la combinación de las diferentes arquitecturas en su interior: capiteles de estilo bizantino, antiguas columnas medievales, el pesebre del siglo XVI y el altar del siglo XVIII. Sin embargo, la mezcla de estilos no da como resultado un revoltijo de elementos, sino una combinación muy agradable a la vista.
Muchos turistas no saben que es posible explorar una zona escondida de la catedral. Estoy hablando de los “matronei”, los balcones desde los que hasta hace unos siglos las mujeres asistían a la Santa Misa. Desde aquí tienes un punto de vista diferente de la estructura, también del exterior frente a la Piazza Duomo.
La Recreación Histórica: Federicus
Uno de los momentos que nosotros ciudadanos esperamos con placer es la fiesta medieval de Federicus. Es una recreación histórica durante la cual se celebra al emperador Federico II y todas sus hazañas. La fiesta suele durar 3 días y tiene lugar durante los puentes de primavera del 25 de abril o el 1 de mayo.
Durante estos días intensos, el casco antiguo de la ciudad se transforma y vuelve a estar como estaba en el año 1200. Además, la mayoría de los ciudadanos se dedican a actividades y por ello visten ropa típica medieval en las calles donde se encuentran motivos del siglo XIII.
La parte mas representativa es la procesión de Federico seguida por todos los miembros de su corte, incluidos plebeyos, cortesanos, abanderados, músicos y juglares.
Durante estos tres días en las callejuelas del centro se respira una atmósfera mágica que nos regalan las actuaciones de tragafuegos y zancudos, las narraciones cantadas de cuentos antiguos y las verbenas, los juegos de luces y los espectáculos con aves rapaces que tanto le gustaban a Federico y su Bianca Lancia.
Déjate embriagar por el entusiasmo de la fiesta, ¡no te lo puedes perder!
Afueras de la ciudad
Huellas de dinosaurios
En la localidad Pontrelli puedes visitar un yacimiento que alberga más de 2000 huellas bien conservadas de dinosaurios que datan del periodo Cretácico, hace aproximadamente 70 millones de años. Las huellas hacen referencia a 200 ejemplares diferentes de 5 especies diferentes de dinosaurios, y están organizadas en rutas.
En comparación con otros hallazgos de este tipo que se pueden encontrar en diferentes partes del mundo, las huellas de Altamura son únicas porque tienen un estado de conservación casi perfecto y porque han permitido encontrar una gran cantidad de especies de dinosaurios.
Hoy puedes ingresar a la cantera y ver estas huellas gigantes en vivo. Es una experiencia que quita el aliento por su rareza y que es especialmente emocionante para los niños.
El hombre de Lamalunga
En 1993 el CARS (Centro Altamurano de Investigaciones Espeleológicas) descubrió los restos de lo que era un hombre de Neandertal en el interior de la cueva de Lamalunga (a tan solo 5 km de Altamura). El esqueleto fósil reconduce a un espécimen adulto de un hombre que fue incorporado por la estalactitas y estalagmitas del sumidero que permitieron su conservación durante milenios.
Claramente, es imposible visitar la cueva en vivo, pero es posible ver la reproducción del retrato de Ciccillo (nombre dado al hombre en broma) en el Museo Arqueológico Nacional de la ciudad.
Puedes acercarte a la cueva cerca Pulo, una dolina kárstica inmersa en la naturaleza marugiana. Y por qué no, ¡recoge un poco de hinojo y algunos espárragos trigueros en el camino!
Comida local
Apulia es conocida como la cuna de la buena comida en Italia, y las especialidades de Altamura reflejan este reconocimiento.
Te recomiendo que pruebes el pan DOP recién horneado, que conquistará tu corazón con su corteza fragante y su interior suave. Luego, deléitate con los inevitables panzerotti (fritos y horneados), focaccia y taralli. Mi panadería de confianza es el Panificio San Francesco, a las afueras del centro y poco frecuentado por turistas, que sin embargo merece mucho la pena, para experimentar una explosión de sabores en la boca. ¡Confía en una auténtica lugareño!
Si quieres probar platos típicos como orecchiette caseras con grelos, chiletas con salsa, capunti con champiñones y salchicha, lampascioni, cardoncelli y oveja a la rzzaul (plato tradicional de oveja cocinada en una sartén de barro) el restaurante-pizzería Tre Archi en una calle pintoresca del casco antiguo es el ideal para ti. Aquí podrás saborear el hondo sabor de la verdadera cocina gastronómica altamurense.
Por último, no puedes perderte el postre típico de Altamura, las tette delle suore (literalmente “tetas de las monjas”). Es un pequeño bizcocho con un generoso relleno de nata que toma su nombre de la forma que presenta. Te sugiero que lo pruebes en la pastelería Monastero Santa Chiara, donde guardan la receta milenaria propuesta por las mismas monjas. ¡Es una verdadera delicia!
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