Es un camino de ripio que conduce a SassoErminia, un camino que primero cruza un bosque se abre y termina delante de un paisaje más allá del cual no se puede ir, porque te hace perder el aliento.

Aquí es donde nos detuvimos, hace cinco años, frente a un campo y una vegetación salvaje que ocultaba una ruina abandonada 60 años. Era imposible de alcanzar si no a través de un mar de hierba alta. Por delante de nosotros era la montaña de la cometa y el Monte Pincio asumiendo la apariencia de un gran dios durmiente, un delicioso capricho de Salvator Rosa enmarcado por una muralla de un castillo recientemente restaurado y luego la fortaleza de San Leo y Maioletto, señala imperativos del valle.

El resto del mundo no parece existir aquí. Nuestro personal roca errante nos protege hombros SassoErminia y ver la puesta de sol.

En uno de esos cambios, cambiar paradigmas principales, usted se da cuenta de lo mucho que la belleza que nos rodea y cuántas veces no teníamos los ojos para verlo. Es comprensible que el paraíso que nunca se perderán si no está dentro de nosotros, compararnos demasiado sólo entre los hombres.

El miedo de arruinar la magia con nuestra intervención era ahora un pensamiento recurrente, por lo tanto las decisiones sea lo más impactante posible poco, no cambiar nada de la antigua casa de labranza y la reconstrucción de un tamaño pequeño, no tiene valor histórico, con madera y paja, en la auto-construcción. Adoptamos tecnologías avanzadas para satisfacer únicamente la "tierra" que nos acoge, entonces usa sus manos y la creatividad tanto como sea posible, devolver la dignidad a tantas "cosas" se olvidan. Así, el tiempo ha recuperado su sudoración valor, el tiempo imaginar y crear los muebles con los materiales que ya estaban allí, que no es el tiempo consumido vorazmente en comprar. Se necesita tiempo para llegar a un cuarto de baño para personas con discapacidad en el fregadero es una olla vieja para la polenta, se necesita tiempo para no comprar recubrimientos e impermeabilización de las duchas con solamente grasa del codo y de la cal natural, pero es un tiempo bien empleado es el tiempo Otium.

En contacto con la naturaleza, el clima es diferente, es paciente, se observa y nos integra.

Es por ello que nuestro jardín es solamente un germen de lo que será un día al bosque ... comestible. Vimos nuestros bosques y hemos descubierto los tesoros, un equilibrio perfecto de roble, árboles frutales olvidados, subiendo como los espárragos o los guisantes, la cobertura del suelo, como las violetas, luego tubérculos stridoli, el ajo, la cebolla salvaje, setas y quién sabe qué otras cosas buenas ... ¿por qué no copiar el equilibrio y asegurar que nuestra mano es creativo? No queremos ofender a la tierra con herramientas afiladas, no haremos arbustos ridículas con setos poco probable, no queremos quemar su vida abriendo el cepellón, no queremos dominar, dominar, dominar, sino integrar poco a poco, respetando tanto la vida que nos rodea.

Ofrecemos a nuestros clientes la oportunidad de redescubrir el Edén o el Otium ... una cosa pequeña?