Un lugar sin el concepto de tiempo, entre montañas nevadas y paisajes silenciosos. Un castillo romántico encajado en una montaña, teatro de antiguas leyendas y modernas soap opera. Un barquero que nos cuenta leyendas del lugar mientras nos acompaña hacia el lago hasta la pequeña isla en el centro de este. Bled es el destino perfecto para el turismo green, y es la tercera localidad que hay que visitar en el mundo en 2018 según dicho por la Lonely Planet. No podíamos perder la oportunidad de contaros las 10 experiencias que no os podéis perder en esta encantadora Perla Alpina.
En cuanto lleguéis a Bled, en el corazón de los Alpes Julianos, respiraréis desde el primer instante un silencio irreal y una atmosfera que parece sin concepto de tiempo. Queda a una hora de Italia y Bled es el destino perfecto para todos los que aman el turismo sostenible, y el destino ideal para una huida romántica o para pasar un fin de semana diferente.
En el pasado, Bled encantó a poetas y inspiró a muchos literarios, hoy en día es uno de los destinos más bonitos para visitar porque promueve la movilidad sostenible en los Alpes, definida como la tercera localidad que hay que visitar en el mundo según la Lonely Planet, convirtiéndose en uno de los destinos europeos más importantes para el turismo green.
Llegamos a Bled en un día muy húmedo y típico del otoño, la pequeña joya alpina estaba envuelta en los típicos colores de las hojas, desde el amarillo ocre hasta el rojo intenso, en perfumes de vinos de la fiesta de San Martín y en las músicas y canciones tradicionales de este día festivo. Descubrimos sus paisajes y sus atmosferas junto a unos amigos de las Perlas Alpinas y nos quedamos sin palabras.
¿Qué es lo que tanto nos gustó de Bled? Aquí tenéis 10 cosas que nos han asombrado, 10 razones por las cuales visitarla, 10 motivos para no perder la oportunidad de ir a visitar esta maravillosa joya:
1. Navegar el lago en una “pletna”
Nos subimos en una “pletna”, el barco tradicional de Bled. El barquero nos cuenta que este barco tiene orígenes alemanes y se caracteriza por su forma, muy llana y poco hunda, que le atribuye un equilibrio perfecto en el agua. En realidad, somos 8 en este barco y cuando uno de nosotros se para o se mueve tantito para tomar unas fotos, la pletna empieza a temblar y el barquero nos dice como acomodarnos para evitar que eso pase de nuevo.
Mientras el barquero conduce el barco en las aguas del lago con dos remos gigantes, nos cuenta las verdaderas historias de Bled, como la de las generaciones de su familia y la herencia de su trabajo como barquero. Él lo heredó del abuelo y las familias que pueden conducir los pletne son solo 25 en toda Bled.
Una vez que dejamos la tierra atrás, la pequeña isla se ve más grande y cerca, envuelta en un cielo de cuentos, entre el azul y las sombras de gris y blanco de la niebla otoñal.
El barquero nos cuenta la historia de Bled y de los cinco pueblos de los que tuvo origen. Uno de estos es el pueblo de Mill, en un valle entre montañas y ríos que entran al lago. Por el hecho de que los habitantes de Mill tenían pocas tierras para cultivar, a diferencia de los de la zona de Bled, a ellos se les permitía pescar en el lago y conducir sus propios barcos típicos.
Desde luego, apreciamos el hecho de que en el lago están prohibidas todo tipo de embarcaciones de plástico o a motor: solo pueden estar barcos de madera, con remos o barcos eléctricos. Una prioridad para este lugar es el de respectar al medioambiente y a la Naturaleza para promover el turismo sostenible. Se puede cruzar el barco en canoa, pero no se rentan para evitar que los turistas lo llenen.
2. Descubrir la isla y tocar la campana de los deseos
Hay algo de mágico en esta isla en el centro del Lago de Bled. La leyenda cuenta que hace mucho tiempo una joven viuda vivía aquí mismo, en la isla del lago. Su esposo fue matado por unos brigantes que echaron su cuerpo en el lago. La mujer recogió todos sus oros y argentos e hizo construir una campana, que tenían que instalarla en la capilla en la isla. Desafortunadamente, una tempestad muy fuerte hizo que la embarcación en donde llevaban a la campana se hundiera y esta se perdió en las aguas del lago.
Los habitantes de Bled cuentan que hoy en día, quien cruza el lago en las noches más claras puede escuchar la campana tocando desde lo hondo. Pero ¿cómo se acabó la historia de la mujer de Bled? Bueno, después de haber perdido la campana, ella decidió donar todos sus bienes a la iglesia para la construcción de otra iglesia en la isla y ella se fue a un convento. Después, su padre hizo construir otra campana que llegó sin ningún problema a la isla.
La leyenda cuenta que, si tocas esta campana – conocida como la campana de los deseos– después de haber pedido un deseo importante este se realiza.
Una vez que llegamos a la isla, subimos unas escaleras hasta la iglesia y no pudimos aguantar las ganas de desear algo y esperar que se realice tocando la famosa campana.
La pequeña isla, rodeada por aguas calmadas del lago y encajonada en las montañas nevadas, asombra por su silencio. Cada ruido, aunque sea muy sutil, rellena el espacio de manera clara: el agua movida por los barcos, los pájaros que vuelan, el timbre de la campana de los deseo.
Otra curiosidad: cada año, en el día de Navidad, una campana luminosa, realizada con unos leds por los productores de vino de Bled, se instala simbólicamente en la superficie del lago, para hacer revivir esta leyenda antigua.
Descubrimos la isla y nos dijeron que fue habitada en la prehistoria, y que en el ‘700, durante la invasión francesa, las mujeres de Bled la defendieron de los invasores que querían conquistar la isla. Los últimos habitantes de la isla se fueron solo cuarenta años después, dejando sus bellas casas de piedra clara y el establo donde la última familia de campesinos tenía su vaca.
Subimos el campanario de la iglesia, observando las paredes y dándonos cuenta de que algunos instrumentos para medir el tiempo colgaban de ellas, hasta el grande reloj de péndulo que marca los segundos de silencio del lago.
Después de haber admirado el paisaje a 360 grados desde lo alto del campanario románico, entramos a un viejo edificio para mirar las obras de arte expuestas y las estufas de azulejos tradicionales.
Antes de irnos fue obligatorio hacer una parada para calentarnos con un tes caliente o para probar el dulce tradicional esloveno, la potica, en la “Provost’s House”, una antigua casa de la isla.
3. A pie (o en bici) alrededor del lago
“Hay muchos lugares conocidos en la provincia de Carniola, pero ningún tan digno de llevar en la cara la imagen del paraíso”, eso es lo que France Preseren, un famoso poeta esloveno, escribió sobre Bled y de sus paisajes increíbles.
Para apreciar cada rincón que desde hace siglos asombra a todos los viajeros, artistas y poetas, os aconsejamos de moveros muy lentamente, a pie o en bici. Lo mejor sería empezar con una vuelta del lago, que ofrece vistas maravillosas. El itinerario es de 6 km más o menos. Un paseo tranquilo de una horita y medio, ideal para las familias con niños también. A lo largo del lago habrá muchas paradas, puntos para tomar fotos y unas selfis, banquetas, cafés e instalaciones artísticas y para jugar.
4. Conquistar el romántico castillo de Bled
Otra parte de Bled que vale la pena visitar es el castillo. Para los que no lo sepan es uno de los antiguos de Eslovenia.
No sé el porqué, pero a primera vista, el castillo me recuerda la pintura surreal de Magritte “Le chateau des Pyrénées”, ¿lo conocéis? El castillo se encuentra encima de una roca que se parece mucho a la de la pintura de Magritte, y de lejos parece que esté volando en el verde, encima del lago de Bled.
Desde el primer instante descubrimos que el castillo fue elegido como teatro para la soap opera de Corea del Sur “Dear my friends”. Fue imposible no darse cuenta de eso ya que el castillo estaba lleno de coreanos. El alcalde de Bled nos cuenta que después del estreno de este romantic drama el número de visitantes de Sud Corea aumentó del 20%.
Desde el lago hasta la montaña se cruza un bellísimo itinerario en el verde, que por la noche se prende junto a las luces opacas del pueblo. Hay lugares muy bonitos por aquí.
Un puente levadizo de madera marca la entrada al castillo, sus jardines regalan vistas majestuosas hacia del lago y las montañas que lo rodean, en toda la región de Gorenjska, entre los Alpes Julianos nevados y los picos de las Karavanke.
En el jardín inferior hay una antigua tipografía, donde aún se pueden tocar las hojas de papel y descubrir el trabajo del tipógrafo, y una tienda de apicultura, el Arnia del Castillo. En el jardín visitamos la capilla del siglo VI y un museo de dos pisos que cuenta las historias de Bled desde la Edad del Bronce hasta hoy.
Otra curiosidad: para los que quieran pararse a comer, dentro del castillo hay un restaurante con terraza panorámica.
5. Una parada green: desde el glamping hasta el hotel biológico
Bled y Eslovenia en general, parecen perfectas para los que quieren unas vacaciones sostenibles. Desde el glamping en la naturaleza, hasta el hotel de cinco estrellas, las propuestas de hospitalidad green son muchas. Eslovenia promueve, gracias a la marca de calidad “Slovenia Green” que hace que los dueños de los hoteles sigan instrucciones para evitar el impacto ambiental y conseguir una certificación ambiental reconocida a nivel internacional, como el Ecolabel europeo.
En Eslovenia la sostenibilidad es esencial para la legislación nacional, y esto hizo que el País fuera el quinto en el Índice de las prestaciones ambientales. En los últimos tiempos Eslovenia fue reconocida por la organización internacional Green Destinations como el primer destino verde al mundo, porque respeta el 96% de los 100 criterios de sostenibilidad. Para ellos el turismo sostenible es una estrategia nacional de éxito.
Nos quedamos a dormir en el Hotel Astoria, en el corazón de Bled, un hotel con una historia muy larga, que después de la segunda guerra mundial fue ocupado por los militares y finalmente, con la división de Yugoslavia fue adquirido por el Ministerio de la Instrucción y del Deporte Esloveno, que en 2014 lo renovó invirtiendo en la sostenibilidad ambiental.
En 2016 el hotel recibió el Ecolabel Europeo e invirtió en las tecnologías y en las prácticas para reducir el impacto ambiental, desde la reutilización de las aguas de la lluvia, que las usan para el jardín y los baños, hasta la energía solar que caliente el agua y la spa. Todas las luces son de bajo consumo, los grifos tienen un reductor de flujo que reduce el gasto de agua a menos de ocho litro por minuto.
La basura se separa entre plástico, papel, vidrio, latas y orgánico, gracias a la ayuda de los huéspedes también y no existen productos desechables. En el baño vienen incluidos champús y detergentes naturales. “Nos daba miedo que los huéspedes notaran la carencia de champú con contenedores bonitos como todos los de los hoteles de cuatro o cinco estrellas, pero comprobamos que la mayoría de los clientes se veían satisfechos por la calidad de nuestros jabones” nos cuenta Sabina, manager del hotel. Bueno, lo que importa es la sustancia y no la forma. Además, gracias a estas prácticas la basura ha disminuido del 35% en los últimos dos años.
La energía del hotel es 100% limpia y renovable. “Queremos que nuestros huéspedes utilicen trasporte públicos y trenes, estamos dispuestos a acompañarlos hasta la estación, les ofrecemos un servicio de renta de bicis gratuito” continúa Sabina.
“A nuestros huéspedes les ofrecemos productos del territorio y comida biológica. Cooperamos con campesinos del territorio que producen mermeladas con un sabor único, mantequilla muy sabrosa. Esto es uno de los aspectos que nuestros huéspedes aman más”.
“Siendo de propriedad del ministerio de la Instrucción, más de doscientos estudiantes hacen sus prácticas aquí con nosotros en el Astoria de Bled, y por esta razón los chicos viven una experiencia que les hace entender el tema de la sostenibilidad ambiental, que podrán proponer en sus hoteles futuros para que sean sostenibles”.
El desafío que nos cuenta Sabina es el de difundir lo más posible las buenas prácticas ecológicas para que crezcan en la realidad de los hoteles de Eslovenia.
Total, en Bled las propuestas de hospedaje ecológico son muchas y encantadoras. Aconsejamos el Hotel Astoria por su posición estratégica en el corazón de Bled, las bicis a disposición de los huéspedes, el área spa (con sauna, hidromasaje y baños turcos) y el rico desayuno buffet con buenas propuestas a km 0, como batidos de verduras, pan, quesos y mermeladas.
6. Bled, la ciudad sin coches y de tamaño humano
“Si planeamos una ciudad para coches, tendremos coches. Si planeamos una ciudad para las personas, tendremos personas”. Me ha gustado mucho esta frase del director de la movilidad de la ciudad de Bled. El pueblo, junto a otras 15 municipalidades de Eslovenia, adoptó un plan para la movilidad sostenible.
La idea del plan es la de eliminar el tráfico de coches en el centro del Bled y de convertir las calles y los aparcamientos en espacios públicos para peatones. El proyecto ya empezó eliminando la calle al norte del lago, ahora ya peatonal.
Para planear este importante cambio, se empezó por el análisis de los datos de la ciudad, desde los siete mil habitantes hasta los siete mil lugares para dormir para los turistas, después de eso los habitantes también fueron esenciales junto a los operadores turístico y a los estudiantes para realizar workshops y encuestas.
Así pudieron construir una visión común de Bled como una ciudad libre de coches y accesible a todo tipo de transporte sostenible. Bled ya forma parte de las Perlas Alpinas, los destinos que invierten en el turismo sostenible entre los Alpes.
7. Probar el vino en la Fiesta de San Martín
Cuentan que para probar un buen vino hay que esperar la fiesta de San Martín. Según la tradición campesina eslovena, el 11 de noviembre es el momento perfecto para abrir los barriles de vino. San Martín es una fiesta muy importante para las áreas rurales liadas a la tradición del vino. Pensemos en la importancia de la vicina Carnia, en Friul-Venecia Julia y las fiestas de Osmize. En el día de San Martín, Bled y sus campesinos abren los barriles para probar el vino de los años previos.
Quienes, como nosotros, visitan Bled en el día de San Martín, pueden participar en este momento único y particular. Una fiesta muy sencilla en las orillas del lago, acompañado por buena música popular y canciones, en la que los campesinos hacen probar los vinos locales y productos típicos. Para los niños habrá animales, como un pequeño pony que da vuelta por el parque.
Las ocasiones de fiesta son muchas en Bled. No podéis perder el festival de Okarina, entre julio y agosto, y los mercados de Navidad a lo largo de las orillas del lago.
8. Descubrir la biodiversidad y los paisajes de los Alpes
Los animales domésticos más importantes de los Alpes no son solo las vacas, como muchos pensarían, sino también las abejas. Los animales salvajes fundamentales para la biodiversidad de los territorios alpinos no son los osos, sino que las hormigas.
La importancia de la biodiversidad y el papel de los animales en los Alpes (sobre todo los más pequeños, como los insectos) se explica en una muestra interactiva en el centro información “Visitor centre Triglavska roža” de Bled. A través de imágenes, box interactivos y explicaciones se explica la relación entre biodiversidad, paisaje, historia (por ejemplo, la relación con Austria y con las zonas italianas de Bérgamo y Brescia) y las tradiciones locales. Un video de 8 minutos cuneta las bellezas del paisaje Alpino que rodea Bled.
9. Descubrir las maravillas del Parque Natural del Triglav
Hablando de las bellezas naturales de Bled, no puede faltar el Parque Nacional de Triglav, el único parque nacional esloveno que abraza todos los Alpes Julianos. Bled es el punto de partida ideal para visitar el Parque del Triglav, en particular la garganta de Vintgar, el altiplano de Pokjuka y el lago Bohinj, este también una Perla Alpina.
En invierno estos paisajes se convierten en un verdadero paraíso para los que aman los deportes en la nieve, desde el paseo con raquetas de nieve hasta el esquí.
10. Bañarse en las aguas termales
Para los que prefieren el calor de las aguas termales, tenéis que saber que cerca del Lago de Bled, hace mucho había siete fuentes de aguas termales. Desde estas siete fuentes hoy en día solo quedan cuatro, que están distribuidas en un semicírculo, desde el norte hasta el sur de parte occidental del lago, y que forman tres piscinas termales.
Así que podéis bañaros en las piscinas de aguas termales y del spa Živa, cuya agua termal, calentada a 31 grados es perfecta para curar el estrés y el cansancio. Podéis optar también para baños termales muy elegantes del Grand Hotel Toplice, donde hay aguas a 22 grados que ofrecen beneficios para el aparato cardiovascular, al estómago y al sistema nervioso. En el hotel Park se pueden alternar baños termales (agua a 27 grados) y momentos de relax en la terraza del quinto piso del hotel, con vista hacia el lago, el castillo y los Alpes Julianos.